Desde hace unos pocos días, la epidemia covid-19, aparte del problema de salud, también ha comenzado a ser claramente visible en el panorama empresarial, con despidos, despidos temporales, EREs, ERTEs, quiebras y reestructuraciones empresariales. Las discusiones son candentes sobre si el Gobierno y la Autoridad de Salud Pública están actuando correctamente para mantener abiertos a los grandes sectores económicos de la sociedad.
Esta pandemia está ocurriendo frente a una cortina abierta de datos, de una manera que nunca antes habíamos visto. Podemos monitorear los desarrollos en todos los países del mundo diariamente y ver figuras y gráficos del avance, observado cómo evoluciona. Los detalles del desarrollo de la pandemia se pueden encontrar en la página de estadísticas de la Autoridad de Salud Pública .
Toda esta información asusta, ya que podemos comparar nuestro país con otros países, lo que nos hace pensar si nuestro gobierno nos dice la verdad y los datos que nos presentas son fidedignos. Por otro lados vamos viendo las diferentes medidas económicas de los diferentes países afectados para la ayudar a las empresas y así solventar esta crisis económica, lo que nos brinda a los ciudadanos una imagen clara de las dificultades que se nos van a presentar para salir adelante y recuperar nuestra economía en los próximos meses o años.
Para tomar decisiones acertadas en esta nueva situación, tanto los ciudadanos, empresas como las autoridades deben de buscan los mejores y más fidedignos datos de la situación en nuestro país España, ya que al compararnos con otros países similares o de la UE, hace que desconfiemos de la capacidad de este gobierno para enfrentarse a estos desafíos.
Se trataría de cómo actuar sobre la información real disponible. Puede sonar obvio, así que profundicemos en lo que significan.
Recopilación de datos.
Esto es lo que está haciendo la el Ministerio de Salud y las consejería económicas, junto con sus colegas de todo el mundo. Ayudan a crear la imagen de crisis más impresionante, y teóricamente completa y actualizada que jamás hayamos visto. Pero ya aquí se plantean las preguntas: ¿Sabemos lo suficiente o necesitamos más información? ¿Confiamos en las estadísticas de España?. Parece que los datos de fallecidos que nos presentas no coinciden con los de los registros civiles, pero ¿Sabemos lo suficiente sobre nuestro derecho a los créditos blandos y la ayuda a la liquidez?, ¿Deberíamos de tener más información de cómo afectará esta crisis a nuestros precios para comprender mejor el mercado futuro que se nos presenta?.
Comprensión de los datos.
Las autoridades expertas no solo no ayudan al gobierno a comprender el alcance real de la crisis, sino que tratan de reeducar a la población, por no decir manipular. Lo vemos cuando muchas personas ya están hablando de «aplanar la curva», y que todo es un éxito del gobierno y de la solidaridad de los ciudadanos. Envidio a países como Suecia, donde su población se beneficia, no solo de que el gobierno entienda lo que está sucediendo, sino que todas sus decisiones estén basadas en datos reales, sin maquillaje ni manipulación, lo que obtiene una comprensión generalizada de sus propios datos. Cuanto más conocimiento e información se difunda, mejores y más rápidas serán las decisiones para salir de crisis económica.
Actuando sobre los datos.
Aquí, en España, al no disponer de datos reales es una actuación difícil. El gobierno sueco ha optado por la trasparencia y por seguir de cerca los consejos de los expertos. Aquí desconocemos quienes son esos consejos de expertos y por quienes están formados. Un detalle significativo e importante es el sector bancario. Ellos son los reales prestamistas, los que concederán los créditos. El problema se presenta, con o sin aval de ICO, que cuando obtengan la información completa de la las empresas o autónomos, y el estudio del retorno de ese créditos, se darán cuenta de la dificultad de estos para atender nuevas cuotas de otro préstamos a empresas o personas que ya están muy endeudadas. Está claro que tener información, o incluso comprenderla, no es suficiente a menos que haya voluntad y competencia para ponerla en práctica.
La confianza en las autoridades varía ampliamente entre países y en las mediciones, los países nórdicos a menudo están en la cima, los del sur, en la base. Es inconcebible que en esta situación pandémica, manipulando u ocultando información, traten de beneficiarse los países con más de baja confianza. Si el gobierno no actúa correctamente, puede ser considerado responsable (si el país es lo suficientemente libre) y si el gobierno realmente actúa correctamente según la información disponible, aumentará la confianza. El tiempo dirá.